Todo este proceso que está viviendo el mundo de alguna manera pone más en descubierto lo que ya sabíamos: desnuda la desigualdad, pero no la descubre, la pone más en evidencia todavía.
Pone en evidencia que es el Estado el único que puede acudir en auxilio de la sociedad, no es un emprendimiento de cerveza artesanal. Ni mucho menos un grupo concentrado.
Y descubre que nos necesitamos unxs a otrxs. Porque yo puedo autocuidarme pero no alcanza sino está el cuidado del otrx, un cuidado colectivo con solidaridad.
Esto está sobre la mesa ahora, no necesariamente esto se va a sostener cuando volvamos a la “normalidad”.
¿Cómo hacer para que esto, que ahora nos resulta tan necesario se torne un valor permanente? Y ahí no hay que apelar solo a lo moral sino a lo político e intervenir sobre factores de poder.
Para el poder no ha cambiado nada, en dos producciones de cine te tapan todo. Si la política no interviene con líderes que pregonan los valores qe hoy sentimos y no tocan intereses concretos para disciplinar a esos poderes fácticos, estos valores pasarán a ser un resplandor fugaz
Las sociedades con más organización, con más disciplina social, valores solidarios, sentido de la cooperación, daría la impresión que son las que están sorteando los males de mejor manera, que las sociedades ultra individualistas.
El valor de la libertad “paga” mucho. Lo sabemos. Lo que tenemos que demostrar es la hipocresía en algunos discursos de la libertad.
Los que pregonan la libertad individual y se llenan la boca con eso, la verdadera libertad que procuran es la de los grandes grupos económicos para maximizar las ganancias y llevarse el dinero.
Con esto le quitan dinero y capacidad regulatoria al Estado, éste reduce sus prestaciones sociales y entonces después tenes que construir una sociedad de espionaje, policíaca. Una sociedad de la persecución, para bajar o reprimir y controlar la tensión social.
Quienes pregonamos más capacidad para regular mercados (no que el stalinismo se apropie de la casa de nadie, plantear eso es desquicio intelectual) sino controlar excesos de acumulación de riqueza, le damos al Estado recursos..
Con eso, el Estado puede brindar más prestaciones, bajar la tensión social y garantizar una sociedad libre y abierta. No necesita ser policíaca.
Uno hace la diferencia entre tener el poder y tener el gobierno. Cuando el gobierno llega al Estado y quiere regular los precios, te desabastecen el mercado, ¿a quién culpa la gente? ¿Al monopolio o al Estado? Esa es la diferencia entre tener poder y tener gobierno.
Dicho esto, tampoco hay que victimizarse desde el manejo del Estado. Con todas las herramientas que éste me da no puedo convertirme en víctima del poder, tengo que hacer política: desplegar todas las herramientas y crear una correlación de fuerza para avanzar en este sentido.
Carlos Raimundi