ASOCIACIÓN BANCARIA MAR DEL PLATA - 19 de noviembre de 2013
CARLOS RAIMUNDI PRESENTA SU LIBRO: “DEBATES PARA UN TIEMPO ARGENTINO”
Muchísimas gracias a todas y todos, agradecer a los dueños de casa, a los representantes del gobierno municipal, a los integrantes de la Mesa político-sindical, que a través del nexo que hizo Aldo Albarracín me permiten estar con Ustedes, a mis compañeras y compañeros de Nuevo Encuentro.
Pese a que no comencé ‘ayer’ en la política, ésta me sigue deparando sorpresas agradables. Esta noche es como un sueño. Estamos en la sede de un Sindicato, acompañados de trabajadores, en una sala que se llama Arturo Jauretche. Cuánto más fácil serían las cosas si Jauretche estuviera entre nosotros y desnudara la cantidad de zonceras que emanan del poder. Pero no está, y tendremos que hacer un esfuerzo mayor cada uno de nosotros. Y compartir esta reunión con las Madres. Es una noche de felicidad completa para mí. Y, sobre todo, si persistimos en este clima de unidad que se necesita al estar en juego la defensa del proyecto nacional, que está por sobre todas las demás cuestiones políticas.
Quisiera ser lo más breve posible en la introducción, para que sean Uds. quienes orienten la reunión según lo que vaya surgiendo de nuestro diálogo posterior. Estamos a pocos días de que desde el corazón del capitalismo financiero internacional, me refiero a la corte de apelaciones de Nueva York –nada menos que la capital financiera del mundo- surgiera un fallo adverso a los intereses argentinos, en favor de los fondos-buitre. Nada menos que una disputa con el máximo poder del mundo. No quiero ser grandilocuente, sino que es algo concreto. Y no obstante, nuestra Presidenta responde con una señal realista de voluntad de pago, pero no en las condiciones que ese poder propone. Realismo con dignidad.
A quienes traemos una militancia en sectores progresistas, de izquierda, populares, podría no sonar de la mejor manera hablar de voluntad de pago de una deuda tan perversa como la contraída por las dictaduras latinoamericanas, entre ellas la argentina. Y es aquí donde surge la pregunta de por qué no diferenciar la deuda legítima de la ilegítima. Es lo que nos dicen quienes aún hoy nos corren por izquierda.
Conceptualmente, yo acuerdo con eso. Es algo similar a lo que hiciera en dos tramos el hoy Presidente Correa de Ecuador, y, sin embargo, obtuvo un resultado muy similar en términos de ahorro de capital, al que obtuvo la Argentina con sus sucesivos canjes. Si la Argentina lo hubiera hecho en su momento, en primer lugar hubiera sido en soledad, por cuanto somos el único país declarado en default, y por lo tanto no hubiésemos tenido el acompañamiento de otros países de la región, lo cual hubiera dado al hecho otra envergadura política. En segundo lugar, la represalia hubiera sido mucho mayor que la actual, por el hecho de ponerse en juicio toda una cartera de deuda, en lugar de ser una parte muy minoritaria como ahora. Y los resultados en términos de quita de capital, curvas de vencimiento y estiramiento de los plazos, hubieran sido muy parecidos.
Algunas posiciones de sectores que se consideran de izquierda me recuerdan las viejas discusiones con el maximalismo universitario, cuando, hiciera uno lo que hiciera, siempre era para ellos una claudicación burguesa, y se debía hacer más. Termina pareciéndose a esa parábola bíblica, donde Cristo camina sobre el agua, y lo critican por lo mal que nada. Es muy fácil criticar cuando uno está sentado en el living de la casa con el puntero en la mano. Pero hay que estar allí, en la situación, y ‘bancarse’ la presión del poder internacional. Por muchísimo menos, cualquier otro gobierno anterior se hubiera callado la boca, por ejemplo, con relación a la intervención militar en Siria, para congraciarse y ver si se obtenía un resultado mejor desde los centros financieros.
Como correlato de esto se suma la presión interna que ejercen los exportadores con el objeto de obtener una devaluación, es decir, cambiar los dólares de sus exportaciones a un valor mucho más alto que el oficial. Y recuperar la libertad de cambios, a fin de ingresar o sacar del país sus fenomenales ganancias en dólares. Para nosotros, en cambio, los recursos estratégicos, en especial cuando no son producidos por el país, deben regularse. A nadie se le ocurriría protestar porque no puede comprar petróleo o megavatios de energía hidráulica en una ventanilla comercial. Así tampoco se pueden comprar dólares. La deformación del sistema no es el actual control, sino que lo era la anterior liberalidad.
Debemos rescatar con mucho énfasis la dignidad de nuestra Presidenta, porque en la misma semana del fallo adverso de Nueva York, envía un proyecto transfiriendo recursos desde las ganancias de capital empresario a los trabajadores por vía de la baja del impuesto a las ganancias, y a los pequeños empresarios por vía e la recategorización del monotributo, reafirmando un modelo no financiero, sino basado en el trabajo, el consumo popular, el mercado interno y la producción.
En la situación en la que estamos, lo que se pone en juego es la apropiación de miles de millones de pesos. No obstante, los otros días la derecha nos decía que no se debía haber cerrado el canje de deuda, y la izquierda, que no se debía haber abierto. Eso es lo que demuestra que nuestro proyecto era razonable.
La derecha criticaba el hecho de haberle puesto un plazo al canje. ¿En qué cabeza cabe? El plazo rígido fue precisamente un factor de presión para que un grupo importante de acreedores se viera compelido a ingresar. El haberlo dejado abierto hubiera dejado espacio a los acreedores para que se unieran en reclamo de mejores condiciones de pago.
En definitiva, defendemos el trípode de desendeudamiento y autonomía financiera construido por la Argentina bajo las gestiones de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner: saldar la deuda con el FMI, canje de deuda de los acreedores privados y negativa a integrar el ALCA. Un FMI que tenía su oficina permanente en la propia casa de gobierno.
Otro argumento de la oposición fue que el fallo contrario a la Argentina se debió a una mala estrategia de nuestro país. Nada más alejado de la realidad. Cuanto mejor fuese nuestra línea argumental, más contrario sería el fallo, por cuanto se trata de una resolución esencialmente política, que lo que ataca no es la línea argumental de un estudio internacional de abogados, sino que nuestro país está desafiando el mito fundador del sistema financiero internacional, que dice: “país que desobedece, país que desaparece”. Sin embargo, la Argentina no sólo no desapareció, sino que recuperó los fondos previsionales, recuperó el Banco Central y somete a negociación colectiva el 97 % de las relaciones laborales. Se trata de un modelo que, pese a que en 2012 la economía decreció en un 8 % su tasa de crecimiento respecto del crecimiento del año anterior, no decayó el nivel de empleo, lo cual habla a las claras de la filosofía que orienta al diseño de sociedad; una sociedad organizada alrededor del eje ordenador del trabajo.
Finalmente, digo que el libro que estamos presentando no tiene ninguna pretensión comercial ni literaria. Es sí, una excusa para militar, una herramienta de militancia política, que nos permite estar juntos como esta noche. Y me ha permitido, en sus primeras páginas, realizar un repaso de mi militancia, donde no está ausente la autocrítica que hago de algunos tramos de la misma, especialmente, en no haberme apartado a tiempo del gobierno de la Alianza. Lo hago, entre otras cosas, porque detesto a aquellos dirigentes que hablan del futuro sin hacerse cargo de su pasado, y no me gustaría repetir esa conducta, sino que manifiesto mi arrepentimiento y mi voluntad de reparar. Me arrepiento sinceramente de algunas cosas, pero no encuentro travestismo político ni ideológico a lo largo de mi vida, ni cosas de que sentirme avergonzado. Avergonzarse no es lo mismo que arrepentirse.
Y lo digo también, porque no considero que reconocer un error sea un signo de debilidad política, como suele entenderse. Para mí, en cambio, es un signo de humanidad. Gobernar no es no cometer errores ni es carecer de problemas. Es resolver los problemas desde una escala de valores y de prioridades.
Porque compartimos esas prioridades, en términos de proceso histórico, es que las y los exhorto a trabajar cuerpo a cuerpo con todas nuestras conciudadanas y conciudadanos, para que nos miremos en el espejo de todo lo que perderíamos en caso de interrumpirse el actual proyecto nacional y popular. Quedo a disposición de todos los temas sobre los que Ustedes dispongan que dialoguemos. Muchas gracias.
Respuesta a una pregunta sobre afirmaciones de Alieto Guadagni en un programa de TV
Carlos Raimundi: todo periodista tiene el derecho y la libertad de invitar a quién quiera, y el Sr. que preguntó tiene el derecho de coincidir con Alieto Guadagni. Y, del mismo modo, yo tengo el derecho y la libertad de opinar que Guadagni es un mentiroso y un perverso.
Es de los que se llenan la boca diciendo que Argentina debería parecerse a otros países latinoamericanos donde llueven dólares e inversiones. Al respecto voy a poner un ejemplo: en nuestro país, el 97 % de las relaciones laborales formales se rige por negociación colectiva. En Chile, sólo el 6 %, el resto de las condiciones laborales y los salarios son fijados por los empresarios. El día que Chile duplique o triplique ese índice, las inversiones y los dólares se retraerían. Cuando alguna periodista mostraba su admiración por los ‘buenos modales’ de la última campaña presidencial chilena, digamos que no había ningún motivo para el conflicto, porque ninguno de los dos candidatos principales afectaba ninguno de los intereses del poder. Allí la educación, por ejemplo, sigue siendo privada. O Brasil, que luego de las movilizaciones recientes ha sufrido una gran fuga de capitales, debido a que las llamadas ‘inversiones’ son fondos especulativos. En definitiva, rechazo a aquellos economistas que hablan en nombre de un supuesto saber, cuando lo que realmente hacen es ser lobistas del poder económico.
Respuesta sobre las consecuencias del fallo del estado de Nueva York sobre los fondos-buitre
Carlos Raimundi: aclaro que no tengo información secreta ni calificada.
En cualquier régimen económico existe la figura del concurso de acreedores, y si una mayoría calificada de acreedores acepta las condiciones de pago propuestas por el deudor, eso alcanza al resto. Así, en ambos tramos del canje, un 93 % de los acreedores aceptó las condiciones ofrecidas por nuestro país. Los fondos-buitre –a los que son funcionales economistas argentinos como Guadagni o Melconian- tuvieron la capacidad financiera de esperar la recuperación de la Argentina y hoy pretenden cobrar el 100 % del capital. Ahora bien, si les pagáramos el 100 %, se presentaría de inmediato el 93 % restante y reclamaría las mismas condiciones, lo que sería impagable para nosotros. Tendríamos que ajustar muchísimo, o volver a endeudarnos.
Abro un paréntesis para contar una breve anécdota. Cuando nuestra Fragata Libertad estaba secuestrada en Ghana, un diputado socialista, Juan Carlos Zabalza, muy buena persona y muy cercano a Binner, me dijo que desde su partido se habían comunicado con el gobierno socialista de aquel país para que solucionaran el problema. -“¿Sabés lo que me respondieron, Carlos?”, me dijo. –“Que ellos no pueden hacer nada porque deben respeta ‘la independencia de la justicia”. Yo no podía creer lo que estaba escuchando… Que este amigo desconociera la estrecha relación entre el capital financiero internacional y su capacidad de sobornar a jueces de los países dependientes. Que barnizara de ‘respeto a las instituciones’ lo que efectivamente es un compromiso con poderosos intereses… Unos días después, Binner diría que si fuera venezolano votaría por el candidato Henrique Capriles, opositor a Chávez.
Además, me gustaría analizar el sistema cuyas ‘instituciones’ algunos pretenden representar. Se trata de un sistema de acumulación mundial donde el 0,1% de la población concentra el 82% de los recursos financieros que están acumulados en los bancos de todo el mundo. Se trata del sistema que pretende intervenir militarmente en Siria, y que tiene un presupuesto militar superior a la suma de los presupuestos militares del conjunto de los estados soberanos reconocidos por la ONU. Se trata del sistema que responde a un núcleo de poder que con menos del 4 % de la población consume el 30 % de la energía del planeta, y que en este momento tiene un enorme déficit comercial y al mismo tiempo tiene crisis de producción. Y pretende llenar ese déficit a través del hundimiento de las economías emergentes. ¿Es ese el sistema al que queremos que tributen las instituciones supuestamente ‘independientes’, como decía Zabalza?
Para concluir, deseo agradecerles nuevamente, y convocar a todas y a todos, y convocarme a mí mismo, a militar fuertemente, cara a cara, cuerpo a cuerpo, llegar a todas las ciudadanas y ciudadanos, y hablarles claramente de todos los derechos que perderíamos en caso de interrumpirse este proceso nacional y popular. Por los argumentos esgrimidos aquí, y por otros que seguramente quedan por esgrimir. Pero, además de todos nuestros argumentos, porque tenemos la certeza de estar defendiendo una causa noble, y un proyecto colectivo para todas y todos los argentinos. Una vez más, muchas gracias.-