Publicada en el periódico Diagonales, 25 de Junio de 2019
El análisis del dirigente del partido Solidaridad más Igualdad y ex diputado sobre el contexto internacional que orienta las políticas en Argentina, la actualidad social y las alianzas que disputarán los modelos de país en las próximas elecciones.
A poco del cierre de las listas hubo sorpresas en los armados electorales, estrategias de cada sector con anhelo de continuidad o de cambio en los caminos que se transitan hoy en día; entonces, hablar del escenario político es hablar del panorama social, de los números del gobierno y del contexto ideológico. Por eso, para Carlos Raimundi nada de lo que sucede en Argentina ni en América Latina es ajeno a una situación mundial que tiene una nueva confrontación geopolítica entre dos grandes ejes, el Atlántico Norte que manejó el mundo en los últimos tres siglos y que está en declinación, y el eje euroasiático con centro en China y una alianza con Rusia muy fuerte que está en ascenso.
“No solo se están disputando las ganancias de capital, sino el manejo de los algoritmos, la guerra entre Google y Huawei no responde únicamente por miles de millones de dólares de ganancia, sino por miles de millones de cerebros. Y América Latina es una zona de disputa entre esos dos grandes ejes; y creo que el que tiene centro en Estados Unidos, lo único que le interesa es la maximización de ganancia financiera. Y por el lado de China, hay otras características que nos permiten mayor autonomía y que tienen que ver con inversiones productivas”, continúa el dirigente en relación al contexto global de políticas e ideas.
¿El modelo argentino entonces, está claro a que eje responde?
- El modelo actual de la Argentina es muy simple de definir: ingreso de una enorme masa de capital especulativo del exterior que maximiza ganancia en la Argentina y tiene la libertad para fugarse nuevamente. Si el mundo tuviera liquidez financiera, este modelo podría sostenerse durante mucho tiempo, pero como el mundo está en recesión y los países tratan de captar capital, no de entregarlo, el país llegó al límite y el gobierno de Macri tuvo que recurrir al Fondo Monetario Internacional.
Un desembolso muy significativo para Argentina
- No hay antecedentes que el Fondo Monetario concentrara el 60% de dinero prestado en un solo país, como Argentina. El préstamo no es económico, es político. Les interesa tomar los recursos de Vaca Muerta, las tierras de la Patagonia, las reservas de litio, las reservas en el Atlántico. Por eso, Trump necesita tanto que gane Macri y además, pretende derribar todas las estructuras de organización social que tiene el país y la estructura de resistencia cultural existente, que se deben al paso del peronismo y que Macri no ha podido borrar.
¿Cómo ha sido la estrategia de Cambiemos?
Hay una cuestión más subterránea que está instalada en la sociedad, que es cómo el gobierno de Macri puede sostener cierta expectativa cuando ha atacado tanto la calidad de vida del pueblo. Y es porque ha habido un trabajo en el plano simbólico, y es ahí donde el macrismo nos ha sacado ventaja. El poder viene construyendo desde hace muchos años la doctrina de los golpes blandos, que consiste en hacer lo mismo que hacían las dictaduras pero con métodos más sutiles.
¿Y cómo se mejoraría la situación actual?
- Hay que administrar el ingreso y la salida de dólares, hay que desdolarizar los precios esenciales de la economía: alimentos, combustible, energía, transporte. Hay que volverlos a pesos y adecuarlos a los salarios de la Argentina, limitar la fuga de capitales y hacer que todos los dólares que el país produce se queden en lugar de irse; y establecer un shock de demanda en la población, porque otra cosa que ha quedado desmentida completamente es la teoría del derrame, que es poner dinero en los sectores más poderosos.
¿En relación a las teorías del oficialismo y la oposición, hubo sorpresas en las fórmulas?
- Macri como no pertenece a la política, es un hombre del mundo empresario y de las grandes corporaciones, ocupando un espacio de la política, no se mueve con las reglas convencionales de política. Él no eligió un candidato cuyo consenso viniera de la legitimidad popular, sino que eligió un candidato que le permitiera una señal al círculo rojo. Pichetto hacía pocas semanas que había viajado a Estados Unidos y volvió deslumbrado por los mercados financieros, dicho por sus propias palabras; lo cual, ya lo saca de cualquier connotación peronista.
¿Dejó de ser peronista?
- Cualquier persona tiene derecho a decir de sí misma que es peronista, pero cuando uno desde su columna, por más que se diga peronista incumple uno de los mandatos fundamentales del peronismo que es ser rebelde, insolente, desobediente frente al poder, y en lugar de eso, vuelve deslumbrado por el poder, lo saca de la sustancia peronista por más que se ponga un cartelito.
¿Fernández-Fernández fue otra sorpresa para la gente?
- Nosotros tenemos una fórmula que es menos conflictiva para algunos sectores que si la hubiera encabezado Cristina. Porque si el país que vamos a tomar en diciembre se pareciera al del año 2015, quizá la agenda tendría que haber sido de profundización, pero como este país ha retrocedido tanto, están tan dañados los tejidos social y productivo, ahora se parece al de principios de siglo, entonces hacía falta una fórmula que tendiera más puentes, porque para llegar a la situación de 2015 vamos a tener que reparar muchas cosas y la figura de Alberto Fernández es más conciliadora. Es una fórmula equilibrada porque tiene un hombre como Fernández y una mujer como Cristina que le imprime el perfil más contundente, más temperamental.
El último tema que analizó el dirigente de Patria Grande en Unidad Ciudadana es el Mercosur, en el cual viene trabajando hace tiempo, y en el que encuentra como característica del modelo argentino neoliberal y de otros países vecinos, la destrucción de todo intento de integración regional. “Brasil se ha convertido en un socio central del capitalismo financiero como la Argentina. Por eso, nosotros creemos en que desde la Argentina, el cono sur se convierta en un centro de recuperación de ciclos populares. Si tomamos el nuevo gobierno de López Obrador en México, la acción del papa y el eje asiático que permitiría un cierto alivio a la Argentina para poder salir del capitalismo financiero de los Estados Unidos y la Argentina en el sur, puede haber un proceso de recuperación. Hoy por hoy, América Latina está mucho más gobernada bajo el signo de las derechas conservadoras, los mercados han recuperado ese control y los Estados están en retirada”, subrayó.
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